por Área de Comunicación
Con el objetivo de fortalecer las capacidades de medición sobre impactos ambientales vinculados al mal uso del agua, se llevó adelante un taller de trabajo en el INTI con representantes de diferentes entidades nacionales.
Según estimaciones de Naciones Unidas, la demanda mundial de agua aumenta a un ritmo de un 1% anual debido principalmente al crecimiento poblacional y al desarrollo económico. Con el fin de fortalecer las capacidades de medición sobre los potenciales impactos ambientales del mal uso de este recurso en Argentina, se llevó adelante el taller “Huella de Agua e Infraestructura de Calidad” en el INTI con representantes de organismos públicos y privados vinculados a la temática.
“La actividad se enmarca en un proyecto cuyo objetivo más amplio es fortalecer la infraestructura de la calidad y promover la innovación para una economía verde — economía baja en carbono, con un uso eficiente de recursos y socialmente inclusiva—, financiado por el instituto de metrología alemán Physikalisch Technische Bundesanstalt (PTB) a través del Sistema Interamericano de Metrología (SIM)”, explicó la subgerente de Ambiente del INTI, Adriana Rosso. En este sentido agregó que la meta principal es vincular conceptos de “Huella de Agua” con los tres pilares de la Infraestructura de la Calidad: la Acreditación, la Normalización y la Metrología.
En relación a la Infraestructura de Calidad, la consultora del PTB Laura Mora destacó que es importante entenderla como “una red compleja de diferentes elementos representados, que son interdependientes y sólo funcionan si el sistema se ve como un todo”. Por su parte, María Aurora Agulló del Instituto Argentino de Normalización y Certificación sumó que resulta muy importante trabajar en la normalización internacional vinculada a la economía verde, porque no sólo permite mejorar procesos productivos sino también cumplir con requisitos legales para ingresar a nuevos mercados.
Desde Argentina, se presentaron tres casos donde se midió la huella de agua: Renee Alicia Anschau del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria contó sobre el relevamiento en diferentes cultivos (maní, algodón, caña de azúcar y alpaca), Bárbara Civit de la UTN-Facultad Regional Mendoza explicó el trabajo realizado en la cadena del vino, y Claudia Falabella y Mariano Minaglia mencionaron la evaluación que se llevó adelante en el INTI sobre los quesos tipo Gouda (ver nota). También brindaron su aporte Nydia Suppen del Centro de Análisis de Ciclo de Vida y Desarrollo Sustentable de México, y Manuel González del Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica.
El encuentro fue clave para compartir conocimientos regionales sobre la temática y conformar una hoja de ruta para comenzar a incorporar la medición de la huella de agua en diferentes sectores productivos. El próximo paso será elaborar y consensuar con los diferentes actores un Programa Nacional de Etiquetados Ambientales y que incluya la Huella de Agua, anticipa Justina Garro del Centro de Ambiente del INTI.