por INTI Comunicación
En el INTI se presentó el libro “Metal duro. Fabricación y aplicaciones en mecanizado”, una publicación que tiene como fin volver a difundir una técnica de fabricación que fue muy importante para nuestro país y que se encuentra en crecimiento en el mundo. Un saber exento de la currícula académica y relegado por la divulgación tecnológica hasta hoy.
“Olvidar una tecnología implica que no se va a desarrollar en el país, que no se van a obtener materiales y productos con ella, razón por la cual deberán ser importados” indica el especialista Juan Carlos Gemignani, autor del libro “Metal Duro. Fabricación y aplicaciones en mecanizado”.
El libro recientemente presentado trata sobre la pulvimetalurgia y tiene como objetivo recuperar los saberes de una técnica que fue muy importante en Argentina y que hoy en día tiene múltiples aplicaciones en la industria de biomateriales, metalmecánica, nuclear y petrolera, entre otras.
La pulvimetalurgia, es una tecnología que avanza en el mundo y tiene un amplio campo de aplicación industrial, dado que por medio de este procedimiento se pueden fabricar componentes mecánicos sometidos a desgaste, como son las herramientas de corte para diversas aplicaciones.
En Argentina, esta tecnología fue incorporada en la década del sesenta por empresas trasnacionales y resultó ser de gran interés para el desarrollo de la industria nacional. Esto situación se vio reflejada en el ámbito académico, al punto tal que la carrera de Ingeniería Metalúrgica de la UBA contaba con una materia que abordaba su estudio dentro de la unidad de técnicas extractivas.
“La pulvimetalurgia fue impulsada por empresas extranjeras que, cuando las condiciones geopolíticas y económicas de Argentina dejaron de ser favorables para ellas, abandonaron la región. Entonces, el conocimiento quedó en la única fábrica que se mantuvo en funcionamiento. Esta empresa se encontró entonces con un saber específico y valioso, pero sin la posibilidad de desarrollarla por falta de abastecimiento nacional. Con el tiempo, el freno de esta actividad, impactó también en el conocimiento académico: las plantas se cerraban y los profesionales se graduaban pero no tenían salida laboral, entonces la tecnología fue eliminada de la enseñanza universitaria y olvidada por décadas”, se lamenta Gemignani.
El libro se encuentra disponible para ser consultado en la Biblioteca del Centro de Tecnologías de Gestión del INTI. La realización del libro surge como iniciativa del Centro INTI-Mecánica, y se presentó recientemente en el auditorio de la sede central del Instituto, ubicado en la localidad bonaerense de San Martín. Allí asistieron representantes de diversas empresas metalúrgicas, cámaras, especialistas en el campo de los materiales, y referentes de la Universidad Nacional de General Sarmiento, la Universidad Nacional de Hurlingham, la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y la Universidad Nacional de San Martin. También integrantes de la Escuela Premio Juan Segundo Fernández, INTI San Luis y la Universidad Tecnológica Nacional.
La apertura de la jornada estuvo a cargo del ingeniero Claudio Berterreix, vicedirector del Centro INTI-Mecánica, quién indicó: “Cuando nos encontramos con una vacancia de conocimientos tecnológicos desde el INTI tratamos de intervenir. Esto es así porque consideramos que la tecnología es poder y debemos transferirla sin generar asimetrías y en pos del desarrollo de la industrial nacional.
Según el doctor Gemignani: “Impulsar el desarrollo nacional de la pulvimetalurgia, conlleva un ahorro de divisas para el país”. También agregó que el INTI fue importante en la recuperación del saber sobre metal duro, y que por su capacidad técnica y científica, cumple un rol vital para la certificación y ensayos de nuevos materiales.
Finalizada la presentación, el autor principal del libro recibió un diploma por parte del INTI en homenaje a su trayectoria y a su aporte al desarrollo industrial nacional.
Licenciado en ciencias químicas, con orientación analítica y posteriormente también biológica de la Universidad de Buenos Aires. Se desempeñó profesionalmente como jefe del Laboratorio en ensayos físicos y químicos en la empresa DURIA - Establecimientos Metalúrgicos Argentinos, llegando a ser jefe de planta química.
En el año 1975 llevó adelante el estudio de factibilidad técnica para la instalación de una planta química de tratamiento de minerales de tungsteno y tantalio, en la provincia de San Luis. También asesoró técnicamente a diversas empresas relacionadas a la pulvimetalurgia en Argentina y Brasil. Paralelamente se desenvolvió como docente adjunto en la cátedra de Química Analítica, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.
En la década del noventa trabajó como profesor asociado de Química Analítica, en la licenciatura de Tecnología de Alimentos, en la Universidad Nacional de Lujan.