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29 de Noviembre de 2019 | Institucional

por Agustín Vázquez

Investigadores y referentes de Iberoamérica analizaron los desarrollos tecnológicos de apoyo a la discapacidad

Buenos Aires fue sede de IBERDISCAP, el congreso que cada dos años reúne a especialistas de países de América Latina y España. El INTI fue el organizador junto a la Sociedad Argentina de Medicina Física y Rehabilitación (SAMFYR).

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"Los grandes desafíos son industrializar productos útiles a bajo costo y hacer que lleguen a la gente", destacó Rafael Kohanoff.

Durante la semana pasada el INTI tuvo una activa participación en la organización del X Congreso Iberoamericano de Tecnologías de Apoyo a la Discapacidad (IBERDISCAP), que se llevó adelante durante tres jornadas en el Centro Cultural de la Ciencia (C3), dentro del Polo Científico Tecnológico de la ciudad de Buenos Aires. El evento se realizó justo cuando el organismo tecnológico presentó, junto a instituciones de otros siete países, el desarrollo de cuatro exoesqueletos robotizados de bajo costo y la cesión de uno de ellos al Hospital José Néstor Lencinas, de la ciudad de Godoy Cruz, provincia de Mendoza: será el primer dispositivo de este tipo en ser homologado en la Argentina.

Además del INTI, la organización del Congreso estuvo a cargo de la Asociación Iberoamericana de Tecnologías de Apoyo a la Discapacidad (AITADIS) y la Sociedad Argentina de Medicina Física y Rehabilitación (SAMFYR). En el contexto del encuentro, que se realiza cada dos años con sede rotativa, se presentaron más de 150 trabajos de investigadores, a la vez que asistieron representantes de empresas, instituciones públicas, cámaras y organizaciones sectoriales.

De la apertura del encuentro participaron el director operativo del INTI, Mariano Ortega, y el director del sector de Tecnologías para la salud y la discapacidad del Instituto, Rafael Kohanoff; además del presidente de AITADIS, Ángel Manuel Gil Agudo; la presidenta de SAMFYR, Miriam Weinberg; el director Ejecutivo de la Agencia Nacional de Discapacidad, Santiago Igarzábal; y la jefa del Servicio de Rehabilitación del Hospital Lencinas, Silvana Mercante.

Previamente, realizó una exposición Ricardo Armentano, que es director del Doctorado en Ingeniería en Procesamiento de Señales e Imágenes de la Universidad Tecnológica Nacional Regional Buenos Aires (UTNBA) y del Grupo de Investigación y Desarrollo en Bioingeniería (GIBIO), de esa casa de estudios. Durante su ponencia, titulada “Educación para la hibridación, el abordaje creativo que desafía la complejidad humana”, Armentano ponderó la colaboración interdisciplinaria y realizó un recorrido histórico que unió la obra de Leonardo Da Vinci, a quien definió como el primer bioingeniero, con la de investigadores como Louis Pasteur, Bernardo Houssay y René Favaloro. En ese sentido, intentó señalar la importancia de vincular ciencia, medicina, ingeniería y biología. “Las universidades no deben solo enseñar, sino también estimular la creatividad”, resaltó.

Por su parte, Kohanoff fue uno de los oradores al momento de la apertura del Congreso. Allí planteó que “tanto en la Argentina como en los países iberoamericanos en general hay un talento espectacular. Pero muchas veces falta que la investigación y los desarrollos lleguen a la gente, especialmente a los sectores más vulnerables. Esta es una realidad compartida en América Latina y muchos otros lugares del mundo”.

A su vez, Ortega subrayó que “el INTI apunta a mejorar la calidad de vida de las personas que tienen alguna discapacidad”. Y agregó que según la Organización Mundial de la Salud, a nivel global se trata del 15 por ciento de la población: alrededor de mil millones de personas.

Iniciativa internacional
El proyecto de exoesqueletos surgió de la sinergia de 16 instituciones de ocho países: Argentina, Brasil, Paraguay, Chile, Colombia, México, España y Portugal. En el caso argentino, participaron el INTI, con su área de Tecnologías para la Salud y la Discapacidad, que dirige Kohanoff, y el Hospital Lencinas, de Mendoza, con la coordinación de Mercante. Esas organizaciones conformaron a inicios de 2016 y hasta la actualidad la Red Iberoamericana de Rehabilitación y Asistencia de Pacientes con Daño Neurológico mediante Exoesqueletos Robóticos de Bajo Coste, más conocida como REASISTE. De acuerdo a Kohanoff, la colaboración conjunta “permitió ganar cinco o seis años de tiempo”.

“Nos hemos enriquecido a través de un gran intercambio de experiencias, y, a la vez, veíamos las falencias en relación a la transferencia de tecnologías destinadas a atender discapacidades. Una de ellas es que las investigaciones y los desarrollos no están definidos como necesidades. Debemos fijar prioridades para que los esfuerzos del Estado y de las instituciones, así como el talento de los investigadores, se orienten a resolver problemas y necesidades prioritarias de la sociedad”, señaló el referente del INTI en temas de discapacidad.

En la misma línea, Kohanoff agregó: “Otro problema es que las investigaciones no pasan al sistema productivo ni al sistema social fácilmente. Siempre se espera al inversor, y en general no sucede, salvo que sea un buen negocio. Eso lleva a que nadie fabrique, nadie produzca y nadie use aquello que se necesita. Transferir las tecnologías al sistema social es clave. Nos hemos reunido con los distintos organismos públicos y de la sociedad civil y estamos constituyendo un espacio de trabajo para alcanzar una mayor eficiencia y optimización de los recursos humanos, así como también de los recursos financieros y los esfuerzos económicos, con enfoque en hospitales, instituciones, centros de rehabilitación. Ese diálogo incluye a la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (CADIME), que preside Guillermo Gómez Galizia y nuclea a 13 mil pymes aproximadamente. Los grandes desafíos son industrializar productos útiles a bajo costo y hacer que lleguen a la gente”.

Finalmente, sostuvo: “La tecnología no puede seguir únicamente detrás del mercado. Hay que pensar en las necesidades reales de la población. Los hospitales públicos tampoco tienen un presupuesto ilimitado, por eso hay que apuntar a tecnología esencial a bajos costos. Hay muchas necesidades que pueden solucionarse y que, a la vez, no son negocio, pero la vida no es solo negocios. Por eso remarco la importancia del trabajo conjunto para el desarrollo y la transferencia”.


Agustín Vázquez
Comunicación
avazquez@inti.gob.ar

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