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En el marco de la edición 2016 de Expomiel, que se llevó a cabo en la localidad bonaerense de Azul, el responsable del Programa ApiTEC-Tecnología para la Industrialización Apícola, Diego Ugalde, contó y difundió los objetivos y conclusiones de la campaña de trabajo realizada en el norte del país enfocada en la cadena de valor de la cera de abejas, en el marco del Proyecto INTI-Unión Europea “Mejora de las Economías Regionales y Desarrollo Local”. A su vez, las técnicas especialistas del laboratorio apícola del Centro INTI Neuquén Josefina Winter y Olga Apablaza formaron parte del jurado que calificó las mieles participantes en la quinta edición del Concurso Nacional del sector.

La misión apícola del Proyecto fue ejecutada por el INTI, a través del Programa ApiTEC, con apoyo de la Unión Europea y mediante la contratación del experto internacional veterinario Claudio Marconi, entre los meses de julio y diciembre de 2015. A nivel territorial, el trabajo se materializó en las provincias norteñas de Formosa, Chaco y Misiones, de la región del NEA, y Santiago del Estero, Tucumán, Salta y La Rioja, del NOA, con jornadas complementarias de trabajo en Tandil y la ciudad de Buenos Aires.

La asistencia técnica consistió en el relevamiento de campo de las capacidades tecnológicas para el procesamiento de la cera de abejas —infraestructura, equipamiento, formación de recursos humanos—, por medio de visitas a empresas, instituciones de referencia, agrupaciones de productores e instalaciones de entidades educativas; y en el dictado de seminarios sobre Buenas Prácticas en Producción de Cera de Abejas.

Durante la charla en Azul, Ugalde habló sobre el contexto y los antecedentes que motivaron el Proyecto: “La Argentina está entre los cinco países con mayor producción de miel y, en consecuencia, de cera. Si bien hay una gran demanda interna por parte de los apicultores en forma de láminas de cera estampada, nuestro país es uno de los principales exportadores de este producto en bloques para su industrialización secundaria posterior con destino a otros sectores. A su vez, la Argentina importa cera refinada con alto valor agregado bajo los formatos y parámetros de calidad requeridos por las industrias que la utilizan como insumo, como la cosmética o la farmacéutica”.

El coordinador de ApiTEC agregó que “la tecnología que se necesita para refinar la cera de abejas es muy similar a la que se utiliza en la refinación de aceites vegetales, actividad en la que el país tiene una gran experiencia y aprendizaje; entonces se puede decir que al tener la materia prima y los conocimientos tecnológicos, se cuenta con una excelente oportunidad para agregar valor nacional y generar nuevos modelos de negocios apícolas con formatos novedosos”.

A modo de conclusión, Ugalde comentó que durante la campaña apícola se pudo observar la necesidad de promover e impulsar el aprovechamiento y la comercialización de la cera de abejas como estrategia de diversificación productiva con impacto directo en la sostenibilidad del negocio apícola a nivel de productor primario. Y añadió: “Resulta relevante trabajar sobre los procesos de la recuperación con la finalidad de obtener una materia prima de calidad, que facilite su comercialización”.

Tanto las actividades de relevamiento sectorial como los seminarios fueron claves para generar debates e intercambios que dieron y sentaron las bases para la confección del cuaderno tecnológico denominado Guía de Buenas prácticas en la producción de Cera de Abejas, donde se presenta una revisión y compendio de los conceptos y conocimientos referidos obtención, aspectos de calidad y de procesamiento del producto.

Evaluación y reconocimiento
Con anterioridad a Expomiel, Winter y Apablaza asistieron a la localidad de Balcarce, donde tuvo lugar la quinta edición del Concurso Nacional de Mieles. Allí, integraron el jurado que realizó el análisis sensorial de las muestras. Luego, en Azul, se conocieron los ganadores, que pudieron ofrecer sus productos para degustación.

Las mieles se dividieron en dos categorías: fluidas y cristalizadas. Se evaluaron 64 muestras a las que se les otorgó un puntaje en cada una de las características. La suma de los puntajes obtenidos fue lo que determinó cuáles resultaron ganadoras.

La participación de las técnicas del INTI se relaciona con su trabajo permanente en cuanto a la diferenciación de los distintos tipos de mieles. Al respecto, Winter dijo que “la realización del Concurso significa un aporte importante a la promoción y difusión de las características de las mieles, para que tanto el productor como el consumidor conozcan mejor el producto”.

Desde el Programa Nacional Apícola del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) —organizador del evento—, Soledad Varela explicó que “un elemento distintivo de este certamen es que a todas las muestras que se presentan se les hacen los análisis polínico y físico químicos y a partir de esos resultados se evalúa si están aptas para participar del Concurso. Más allá de su aptitud para concursar, los resultados de los análisis se le entregan al productor y le queda como material para el propio examen de la calidad de su miel. Estos análisis son realizados por NEXCO S.A., empresa que auspicia el Concurso desde hace tres años, a la que se le sumó en esta edición Alimentos Naturales-Natural Food S.A”.