por Helena Marchini
Las nuevas mascarillas de la pyme textil Kovi inactivan el Coronavirus en cinco minutos, gracias a sus telas antivirales desarrolladas por el CONICET, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). A pedido de la empresa, el INTI realizó los ensayos microbiológicos que permitieron determinar sus propiedades antibacteriales y antifúngicas.
La utilización de barbijos es una de las medidas de prevención clave en el marco de la actual pandemia del COVID-19. Con el fin de desarrollar una mascarilla de uso social con propiedades antivirales, bactericidas y fungicidas un equipo de investigadores del CONICET, la UBA y la UNSAM trabajaron con la pyme Kovi S.R.L. El INTI sumó su aporte a esta exitosa articulación nacional público-privada a través de ensayos microbiológicos, para evaluar el potencial biocida y fungicida de las telas que se utilizan para la confección de las mascarillas.
"Cuando comenzó la pandemia teníamos idea de producir este tipo de telas y para el desarrollo fue clave la articulación con los científicos argentinos que participan del proyecto", destaca Alan Gontmaher, CEO de la empresa. En relación al trabajo con el INTI suma: "estamos muy agradecidos con el apoyo que nos brindan sus profesionales".
“A pedido de la pyme textil Kovi, realizamos ensayos sobre la tela interior de los barbijos (que está en contacto directo con el usuario) que permitieron determinar sus propiedades bactericidas y antihongos. Estas características son las que hacen que el producto sea más seguro que otros similares disponibles en el mercado. Al producir la inactivación de los microorganismos que entran en contacto con la tela suma a la barrera física clásica de los barbijos el efecto de protección contra microorganismos potencialmente patógenos”, explica Laura Matos, jefa del departamento de Desarrollos Bioanalíticos del área de Biotecnología Industrial del INTI.
Para realizar los ensayos, se aplicaron cargas conocidas de microorganismos a la tela (dos tipos de bacterias y un hongo de referencia), basados en normativas internacionales. “Luego de minutos, el número de bacterias se reducía tanto que no era posible contarlas”, resume Matos, lo que permite confirmar las propiedades antimicrobianas del producto desarrollado.
Este trabajo se enmarca en uno de los servicios que brinda el INTI a la industria, para determinar las propiedades biocidas no sólo en textiles sino también en plásticos, pinturas, recubrimientos y otro tipo de materiales. “En el corto plazo, continuaremos trabajando con Kovi para determinar el efecto biocida sobre otras cepas microbianas”, anticipa Matos.